sábado, 14 de marzo de 2009

GAZA por Rosa Regás.

00:38h. del Jueves, 19 de febrero.

larepublica.es

El 8 de enero se cumplieron 66 años del inicio de la sublevación de los judíos encerrados por los nazis en el Gueto de Varsovia, que culminó con el Levantamiento al conocerse la nueva deportación masiva hacia campos de exterminio.

Al invadir Polonia en 1940, Alemania encerró a unos tres millones de judíos en los guetos de las ciudades del país, ante la indiferencia de la Comunidad Internacional que si bien entró en guerra jamás mencionó el conocido destino que esperaba a los judíos. En el Gueto de Varsovia vivieron hacinados durante tres años 380.000 judíos en condiciones tan precarias que morían en masa de hambre y enfermedades por el bloqueo de alimentos y medicinas al que estaban sometidos. Pero el valor para la defensa de la libertad no les faltó. Construyeron 618 refugios anti-aéreos, instalaron puestos de vigilancia y ejecutaron a cualquier judío acusado de colaborar con los alemanes.

Se organizaron a pesar de no tener más que unas pocas armas y explosivos de fabricación casera, algunas pistolas y revólveres, unas docenas de rifles viejos y una ametralladora, frente al poderoso arsenal alemán que destinó a la lucha contra el Gueto a 2.054 soldados, 36 oficiales y 821 panzergranaderos de las Wafen.SS que rodearon el Gueto con tanques, vehículos armados, armas de gas, lanzallamas y artillería, preparados para el asalto.

Se produjo tres meses después, el 19 de abril de 1943, cuando los alemanes contestaron al ataque del Gueto desde donde se habían lanzado bombas molotov y granadas de mano, y destruido dos tanques franceses capturados por Alemania. Avanzó entonces la potencia bélica de Hitler y sus soldados que incendiaron el Gueto casa por casa, demolieron sótanos y desagües y asesinaron a todo judío que capturaban. La feroz invasión duró cuatro días al cabo de los cuales 7.000 judíos habían sido asesinados, 6.000 se suicidaron antes de caer en manos alemanas, el resto fue enviado a campos de exterminio y el Gueto fue completamente arrasado.

Ni los católicos polacos ni la Comunidad Internacional rechistaron. Nuestro homenaje a los luchadores por la libertad de todos los guetos del mundo: los de entonces y los de ahora. Cambian los tiempos y las nacionalidades, cambia de manos el poder, pero lo que no tiene fin es la maldad de los humanos y su capacidad de justificar al precio que sea el genocidio que cometen. Tampoco cambia la cínica indiferencia de Europa.

http://www.larepublica.es/spip.php?article14515

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