domingo, 9 de mayo de 2010

POEMAS AFRICANOS – PEPE RUBIANES.

De la página web http://www.masquepalabras.info/

100414 Foto Portada Poemas africanosPOEMAS AFRICANOS.

Autor: Pepe Rubianes

Editorial: Now Books

ISBN: 978 84 93768 21 8

Nº de páginas:124.

Reseña realizada por Eduardo Cruz Acillona.

Una vez, en una entrevista, a Pepe Rubianes, ateo confeso, le preguntaron “¿En qué crees?”. Y él contestó: “Creo en el día a día. Voy tirando hasta que se acabe esto. ¿Que a dónde voy? Me importa un bledo. Por lo menos sé que de todos los que se han ido no ha vuelto ninguno. A algún sitio mejor iré”.

Se equivocó.

Poco más de un año después de su muerte, el genial Pepe Rubianes ha vuelto. De la mano de Now Books, editorial que se ha encargado de editar los poemas que Pepe fue escribiendo en un cuaderno de anillas a lo largo de dos años durante sus viajes a África (dos a Etiopía y uno a Kenia).

Hubo quienes definieron a Rubianes como cómico… También los hubo quienes le encorsetaron como actor… Y hubo otros que le tildaron de bufón, un término que él consideraba “peyorativo, era el hombre que hacia reír al rico. Si a mí un rico me quiere contratar para que le haga pasar la velada, que ya me ha pasado alguna vez, lo mando a la mierda”.

Así era Pepe, un artista integral e íntegro, que hizo y dijo lo que le dio la gana en cada momento. Él no vivía para trabajar ni trabajaba para vivir. Él trabajaba porque le daba la gana y cuando le daba la gana. Por eso, una de las frases más célebres de su espectáculo “Rubianes, solamente” era: “¿Qué el trabajo dignifica? ¡Los cojones!”.

100414 Foto Pepe Rubianes

Y él nunca paró de hacer lo que le dio la gana. Era un hombre libre, en el más amplio de los sentidos, y en Etiopía se sentía como en su casa: “Paseo por sus calles y aprendo a desprenderme de mí mismo”.

Es uno de los muchos testimonios que se recogen en estos “Poemas africanos”. Es el diario de unos viajes no sólo a unos territorios cruciales en su vida sino a lo más profundo de su interior. Allí deja “felicidad, fragancia de amor, / vacío, soledad, alegría, risa, llanto, / amistad, luz, esperanza, tristeza, vida (…)”

En sus poemas habla de mujeres (“Se llama Marich y es de Gondar. / Es suave y delicada como un sueño de niño”), de paisajes, de recuerdos, de su propia alma vagando por las calles o consumida por el tiempo, de la compañía de la soledad (“Me siento a escribir un poema / porque estoy muy solo”).

Y habla de su admiración por aquellas tierras: “Hay que disfrutar de este silencio y esta paz / casi salvaje y exclusiva (…)”; “Si alguna vez fui feliz fue en esta tierra”…

De hecho, su último espectáculo se titulaba, precisamente, “La sonrisa etíope”, un show que tuvo que interrumpir dos meses después de su presentación, cuando le diagnosticaron un cáncer, y que él mismo explicaba así:

“Lo de LA SONRISA ETIÓPE viene de considerar que la forma de sonreír de este pueblo es de una belleza extraordinaria y de que un pueblo que sabe sonreír así, señores, después de lo que ha sufrido Etiopía a lo largo de su historia, que no les quepa la menor duda de que es un gran pueblo”.

Poco después de un año de su muerte, el genial Pepe Rubianes ha vuelto. Y trae bajo el brazo un libro que nos induce a reflexionar sobre nuestra propia vida, a pararnos un momento y mirar alrededor con calma, un libro que nos invita, sobre todo, a vivir intensamente y a hacer lo que realmente nos dé la gana. Porque lo de que el trabajo dignifica, ¿verdad, Pepe?, ya se sabe: “¡Los cojones!”.

5 comentarios:

Montse dijo...

"Me siento a escribir un poema, porque estoy muy solo", bella frase que hace reflexionar y eso es algo que a veces es bueno hacer ¡ojalá pudiéramos ir a Etiopía a conocer a ese gran pueblo!

Un abrazo!!

Montse dijo...

"Me siento a escribir un poema, porque estoy muy solo", bella frase que hace reflexionar y eso es algo que a veces es bueno hacer ¡ojalá pudiéramos ir a Etiopía a conocer a ese gran pueblo!

Un abrazo!!

Alejandro dijo...

Una faceta desconocida de Rubianes.

Petons,
Viatger

Más claro, agua dijo...

Muchas gracias por la difusión, Viatger.

Un abrazo,

Eduardo

;-)

Alejandro dijo...

De nada, Eduardo!

Se echa en falta al gran Rubianes.

Un abrazo,

Viatger