miércoles, 18 de agosto de 2010

Librería

Soy un comprador de libros que en ocasiones creo que es enfermizo ya que me apasiona la lectura gastándome una pasta al año, sí, sí, ya sé que existen bibliotecas pero por desgracia no siempre se encuentra lo que buscas.

En primer lugar me encantan las librerías porque las encuentro un lugar relajante, silencioso, coger los libros, leer sus contraportadas, ¿qué comprar?, ¿de bolsillo?, ¿tapa dura?, ya mismo en formato electrónico...Saber qué autores han sacado nuevo libro, olerlos (los libros…), decidirse por qué libro escoger para las próximas lecturas, fruncir el ceño por los precios, excesivos en ocasiones…, revisar la sección de Historia, ciencia-ficción, terror, novelas en català, en castellano…

Aunque existen librerías en las que me da rabia que me molesten como por ejemplo en la sección de libros del megacentro comercial que lleva por nombre algo así como “El tajo británico” y que sea dicho de paso la fachada de su edificio rompe toda la estética del centro de Barcelona, quien la hizo (y quien lo permitió) desde luego se quedó despachado. Pues bien, aquí, alguna vez, cuando voy a comprar suceden tres casos que no me gustan en absoluto:

Primer caso: que esté plácidamente viendo libros en mi mundo y aparezca el señor o señora dependiente/a y diga aquello de ¿Le puedo ayudar al señor? Que la verdad nada más escuchar eso del “señor” se me ponen los pelos como escarpias. Siempre amablemente digo que no necesito ayuda.

Segundo caso: Lo mismo que el anterior pero en vez de marcharse el/la dependiente/a cuando le dices que no necesitas ayuda insiste en ayudarte, por ejemplo si te encuentras en la sección Historia, te dice: - ¿Le interesa la historia?, Pío Moa ha sacado la Balcanización de España (con Pío Moa me pasa como le pasaba al gran Perich con Perales)…en ese momento es cuando me recorre un escalofrío no sin razón…
Me quedo flipando que no sé ni qué contestar y lo primero que se me ocurre es que debe haber una cámara oculta en alguna parte y todo sea parte de una broma televisiva o similar, pero no, no hay tal broma.

Tercer caso: Una vez me decido que compraré un libro lo cojo y lo llevo en la mano, obvio, mas sigo mirando otros libros y aparece el/la dependiente/a y comenta: - ¿le cobro el libro? Una vez más amablemente le digo que cuando acabe ya me dirigiré a la caja, parece ser que les molesta que te pasees con un libro (que piensas pagar) por el recinto…

Un día si me vuelven a preguntar si necesito ayuda les diré: Pues si caballero necesito ayuda, tenemos un motor eléctrico en la central del norte que se encuentra a 10 metros de altura y pesa unos 150 kilos, el problema principal es que al bajarlo no disponemos de las herramientas adecuadas y tememos hacernos daño con el dichoso armatoste, ¿qué le parece? ¿Cómo cree que lo podríamos bajar? Pues eso.

Para acabar ya, el que me sucedan esos casos con cierta frecuencia ya es motivo más que de sobra para no volver a esa librería, entiendo que los/las dependientes/as tengan que ser amables y quieran ofrecer ayuda a los clientes o quizá estén obligados por sus jefes para que hagan esas cosas, pero sinceramente no soporto que me molesten cuando voy a comprar, si necesito ayuda o tengo cualquier duda ya me pondré en contacto con los susodichos/as.


7 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE
VIATGER

ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

José
Ramón...

Alejandro dijo...

¡Muchas gracias, Jose Ramón!

Saludos,
Viatger

amtispan dijo...

y lo sano que es para las cervicales pasear por librerías o bibliotecas... a mi me las deja de lo más flexibles con el balanceo obligado para mirar los lomos en las estanterías.
También me gusta observar esos movimientos de cabeza ajena (hasta que se dan cuenta los observados y me miran mal xD)

Alejandro dijo...

¿Cervicales dices?

Las mías son de plastilina jejej

Petons,
Viatger

Alma dijo...

A mi me ha pasado alguna vez eso de ir con un libro en la mano y preguntarte si te lo cobran y ya te sientes como en un bar, que has pagado y están deseando que te marches ya para que dejes el sitio libre.
Sobre si las dependientas/es que están encima tuyo (en el buen sentido de la palabra xD)te diré que trabajé en una empresa que nos obligaban a dar ese tipo de servicio. Todo porque una vez al mes aparecía el "misteri Shoping" (un inspector de paisano)para ver si hacíamos nuestro trabajo según la política de la empresa y nos puntuaba. Ni que decirte que si conseguías la máxima puntuación varios meses seguidos pues $plus$ para jefes de tienda y algún regalito para los dependientes. No te extrañe que ahí pase lo mismo.

Petons,

Alma

Jacint dijo...

muy muy bien!!
arriba el libro!

Jacint dijo...

bien bien bien!!!
arriba el libro!