jueves, 25 de noviembre de 2010

Supermercado

Los supermercados de barrio son sitios bien curiosos porque se amoldan o reflejan en cierta manera las costumbres y las necesidades de los vecinos del lugar. En casi todos los barrios existe aquel supermercado (o hipermercado) que es un desastre, desordenado y los productos están apilados directamente como vinieron del camión de transporte, es decir, en bloques de cajas de cartón gigantes rellenas del producto a comprar, en el suelo sin estanterías y si éstas existen son roñosas y con pintura desconchada. Las paredes, techos, están pintados de forma chapucera y las instalaciones eléctricas, telefónicas o de cualquier otra índole son visibles porque no se han preocupado en absoluto de ocultarlas y no es malo que sean visibles estas instalaciones porque lo pueden ser, pero en estos comercios sencillamente se han realizado dichas instalaciones por donde les ha dado la gana pasarlas sin concierto ni gusto, en definitiva una maraña de cables que incluso en ocasiones podrían comprometer la seguridad de personas, animales y cosas. La limpieza brilla por su ausencia e incluso los/as cajeros/as van en consonancia con el resto del mobiliario van con la camisa (normalmente blanca) por fuera del pantalón, les falta algún botón y llevan lamparones a juego con las humedades del techo del hipermercado que si uno se fija y tiene un mínimo de imaginación podría incluso ver alguna de las caras de Bélmez.

Los productos por norma general son baratos, que digo mucho más baratos y la razón principal es que caducan ese mismo día o al día siguiente, pero ahí no acaba el asunto habrá un día que deberás comprarlo, pagarlo y seguidamente comerlo porque le quedarán horas o mejor dicho minutos para que empiecen a criar hongos varios u otros microbios.

Existen otro tipos de supermercados mucho más limpios y mejores que el anterior pero siempre me encuentro con sorpresas como por ejemplo a según qué aceites de oliva o latas de berberechos les pongan el detector antirobo, eso denota y significa que los cacos del lugar se dedican a llevarse según qué aceite de oliva y berberechos que si os doy mi humilde opinión no lo acabo de entender, como aquel amigo mío que le roban la cartera y le llama un ciudadano que la encuentra y lo único que le falta es el carnet de la biblioteca, ladrones sí, pero con inquietudes intelectuales…

Sigo mirando, comprando y cuando llego a la sección de droguería me encuentro que todos los envases basados en spray, desodorantes, lacas, etc., no tiene la cabeza o tapón difusor del mismo y un cartel de cierto tamaño invita a los clientes a pedir el tapón del desodorante que compre a las cajeras, joder esa sí que es buena, es decir, que la clientela habitual del súper va probando lacas y/o desodorantes y dejándolos en las estanterías, ¡increíble! Cualquier día igual nos encontramos a un Mr. Bean probando los cepillos de dientes y si no le gusta dejarlo en la estantería…

En otra ocasión, como cactófilo que soy, me encuentro que venden cactus a los cuales les pegan con silicona (en ocasiones les pinchan) flores artificiales que además no tienen nada que ver con el cactus, me parece también alucinante, sin contar con aquellas empresas que directamente pintan con spray de purpurina de color amarillo (u otro color como ahora el azul eléctrico o el verde pistacho) un cactus, llamarme raro pero tampoco lo entiendo y para rematar un letrero en el que avisan que tal o cual cactus no es apto para comérselo, ya solamente faltaría que dijesen que resulta indigesto aliñarlo en las ensaladas, pero claro si dan todos estos avisos es porque hay personas que ni cortos ni perezosos se han comido el cactus a lo que mi fecunda imaginación piensa enseguida es que si se lo comieron, ¿lo hicieron con pinchos o sin ellos?

Y lo que me parece de juzgado de guardia es ahora que todo el mundo va de sostenible y de proconservación del medioambiente (que nadie me interprete mal, me parece correcto que lo hagan) cojan y digan que a partir de ahora si quieres bolsas de plástico para poner las compras realizadas deberás pagarlas ja,ja, y ¡ja!, ¿qué pasa que antes no las pagabas? Eso sí que me enfada que me tomen por idiota. Si quieres ser sostenible pues no vendas ni suministres bolsas de plástico y punto.

Y por último está el supermercado el cual a medida que vas por las estanterías encuentras, comida, latas, refrescos y de repente, un ordenador, una bicicleta, una máquina de taladrar, un juego de tacos fisher para agujeros (¿?) que llega un momento que te preguntas, ¿dónde he entrado? Que ya no sé si estoy en una ferretería o un centro comercial de productos alimenticios.

A la hora de pagar un letrero grande reza así: enseñar antes de salir el bolso a la cajera, sí claro y si queréis me hacéis un escáner y radiografía a ver si me llevo la mierda de lata de berberechos con detector antirobo. La última vez le dije a una cajera que no le enseñaba la mariconera que llevaba (mariconera sí, le llamo así, ¿qué pasa? Hoy en día con lo políticamente correcto que nos hemos vuelto no se debería llamar así, pues yo lo digo) y el encargado me dijo no sé qué de las leyes de no sé cuántos y le dije: mira nen que no te la enseño y si no te gusta llama a la poli o a quien te dé la gana, resulta que en esos súpers se comenten robos con cierta frecuencia, saben quienes son y vienen a tocar los cojones (o el coño dependiendo del sexo) a quienes religiosamente pagan lo que compran, como dice Eduardo Galeano el mundo al revés.

En fin llamarme raro si queréis, pero así es como lo veo.


3 comentarios:

Raúl Peñaloza de Moure dijo...

Genial. Yo incluiría que para que puedas usar un carrito o puedas dejar la mariconera o el paraguas o lo que lleves, tienes que llevar varias monedas de un euro (ya dejaron de aceptar las de 50 céntimos). Si da la casualidad que no traes o que sólo llevas una, debes formarte para que te cambien.
Y no hay súper que se salve.

Alejandro dijo...

Cierto Raúl, se pueden añadir muchas anécdotas.

Un saludo,
Viatger

Alma dijo...

Cuanta razón tienes en todo. En lo de las bolsas de plástico es algo que siempre pensé. Las empresas solo quieren sacarnos mas dinero. Eso de la preocupación por el medio ambiente es una mentira como una catedral. No solo están las bolsas de plástico (que como bien dices, que las quiten y no que las vendan) si no que también están los envases, el plástico que envuelven los alimentos, las bolsas de las verduras, botes de detergentes, champús, etc. Solo puedo sacar una conclusión... SOY TAN RARA COMO TU. ;)

Saludos