La otra noche
yacía en cama con fiebre, se me apareció el espectro (al estilo de cuando se le
aparecía el maestro Yoda a Skywalker, sí, sí, he de dejar leer y ver tanta
ci-fi…) de un antiguo profesor de matemáticas. Cuando se ven alucinaciones en
vez de asustarse lo mejor que se puede haces es enfrentarse a ellas o como poco
seguirles el rollo. Le dije hola con pocas ganas, no porque fuese mal profesor
y mucho menos mala persona, pero sí que era un poco pesado y contaba chistes
tremebundos…, le pregunté qué quería. Mi profe me saludó y me señaló que tenía
menos pelo que cuando era su alumno, me restregó por la cara que no dedicaba
tiempo a estudiar matemáticas, que sí, que siempre le gustó que la
trigonometría y los números imaginarios se me dieran bien, pero que debía
mejorar con las integrales y los elementos en revolución, me comentó que dejase
de leer libros sobre la biografía de Turing y que me dedicase a leer más
seriamente sobre criptografía, a la vez que aplaudía que fuese un fanático del
sistema de numeración binario.
La verdad que me
quedé flipado, y cuando creía que me iba desmayar del dolor de cabeza que
tenía, mi exprofesor se puso a dar clases sobre geometría analítica y comentar
la ecuación que tiene el nombre de catenaria, muy utilizada en las obras de
Gaudí y en el cálculo de líneas eléctricas de alta tensión…poco a poco se
fueron sumando otros espectros en la habitación, y todo se volvió cada vez más
surrealista, pero estuvo bien recordar la ecuación de la recta…, qué raro es
todo.
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